Laura Rosete 23/12/2021
Este jueves anunciaron los gobiernos regionales de Nueva Gales del Sur y de Victoria, donde vive más de la mitad de las 25 millones de personas que habitan en Australia, la reimposición del uso obligatorio de mascarilla en espacios interiores.
La decisión de tomar esta medida se debe al aumento de los contagios confirmados de COVID-19 y la preocupación por la expansión de la variante Ómicron, la más contagiosa según los expertos.
El jefe de gobierno interino de Victoria, James Merlino, añadió “También se requerirán máscaras faciales en todos los eventos de más de 30.000 personas”.
Por su parte, Dominic Perrottet, responsable político de Nueva Gales del Sur, cuya capital es Sídney, pidió cooperación a la gente y que si pueden “trabajen desde casa”.
De acuerdo con autoridades, debido al aumento de infecciones se corre el riesgo de que los trabajadores sanitarios tengan que aislarse al dar positivo, sin embargo, es importante saber que las hospitalizaciones y las muertes siguen siendo bajas.
El país oceánico acumula desde el inicio de la pandemia más de 265.000 contagios confirmados y unos 2.160 muertos, unas cifras muy bajas comparado con otras naciones de similar tamaño.
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