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LA GRAN CONJUGACIÓN DE JÚPITER Y SATURNO



El pasado lunes 22 de diciembre Júpiter y Saturno se cruzaron en el cielo nocturno y, por un breve momento, parecieron brillar juntos como un solo cuerpo celeste. Si bien las conjunciones planetarias como esta no son eventos cotidianos, tampoco son particularmente raras.

Los dos planetas casi se superpusieron para formar un "planeta doble", un evento que no ha sido fácilmente visible desde la Edad Media, hace casi 800 años

La conjunción de este año fue diferente por dos razones. La primera es el grado en que los dos planetas estuvieron alineados. Los expertos anticiparon que se verían más cerca que en casi ocho siglos y también más brillantes.

Pero el segundo factor, y el que ha puesto este evento en el centro de atención, es que coincidió con el solsticio de verano en el hemisferio sur, justo antes de Navidad.

El momento ha llevado a una especulación sobre si este podría ser el mismo evento astronómico que la Biblia dice que llevó a los Reyes Magos a José, María y el recién nacido Jesús: la estrella de Belén.

La agencia espacial de Estados Unidos señaló en su página web que lo que vuelve especial a este fenómeno es que "han pasado casi 400 años desde que los planetas pasaron tan cerca uno del otro en el cielo, y casi 800 años desde que la alineación de Saturno y Júpiter ocurrió por la noche, como el pasado lunes, permitiendo que casi todo el mundo en todo el planeta sea testigo de esta Gran Conjunción".

A Saturno le demora 29 años dar la vuelta al Sol, mientras que Júpiter, el más grande de los dos, tarda 12. Así, la Gran Conjunción corresponde "al tiempo que necesitan los dos planetas para encontrar posiciones relativas similares respecto a la Tierra", señaló a la agencia de noticias AFP Florent Deleflie, del Observatorio de París.

La historia de la estrella de Belén ha fascinado a muchos lectores, tanto antiguos como modernos.

Algunos dicen que la estrella de Belén volvió al cielo después de 800 años...

En ese relato, los sabios llegan a Jerusalén y le dicen a Herodes, el rey de Judea: "¿Dónde está el niño que ha nacido rey de los judíos? Observamos su estrella al salir y hemos venido a rendirle homenaje". Luego, la estrella los lleva a Belén y se detiene sobre la casa de Jesús y su familia.

El astrónomo Michael R. Molnar, ha argumentado que la estrella de Belén fue un eclipse de Júpiter dentro de la constelación de Aries.

La teoría de que la conjunción de Júpiter y Saturno puede ser la estrella de Belén no es nueva.

Fue propuesta a principios del siglo XVII por Johannes Kepler, un astrónomo y matemático alemán. Kepler argumentó que esta misma conjunción planetaria alrededor del 6 a.C. podría haber servido de inspiración para la historia de la estrella de Mateo.

Kepler no fue el primero en sugerir que la estrella de Belén pudo haber sido un evento astronómico reconocible.

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