Laura Rosete
Por segundo año consecutivo, México se mantuvo fuera del ranking de los 25 países más atractivos como destino para la Inversión Extranjera Directa, según datos de la consultora AT Kearney. En los 23 años de historia de este índice que realiza la firma Kearney, México no ha entrado en el Top 25 en tres ocasiones: 2011, 2020 y este año.
En este sentido, consideró que la reciente reforma al sector eléctrico no crea incentivos, es contraproducente y puede afectar a toda la industria. Asimismo, consideró que influye de manera negativa la iniciativa en materia laboral sobre el outsourcing, dado que esto limita la flexibilidad del mercado. Además, afectan la cancelación Nuevo Aeropuerto Internacional de México, la insistencia del gobierno federal en inversiones de bajo impacto económico como la refinería de Dos Bocas, el aeropuerto de Santa Lucía y el Tren Maya.
La consultora consideró que el país requiere enfocar sus esfuerzos para recuperar la confianza de los inversionistas, con factores como la gobernanza y transparencia.
“Las tensiones comerciales entre Estados-Unidos-China y la ratificación del T-MEC han venido abriendo oportunidades en México para atraer inversiones enfocadas a la exportación de manufacturas hacia los Estados Unidos de América, las cuáles se pueden potenciar si se sigue una estrategia proactiva y coordinada en México”, comentó.
los inversionistas son ahora más cautelosos a medida que se preparan para una recuperación prolongada de los flujos de inversión, según el nuevo informe de la firma de consultoría global. En este sentido, precisa que, a un año de entrada la pandemia y su disrupción de la economía global, los inversionistas parecen disciplinados.
En 2019, México se colocó en el lugar 25 del Índice de Confianza de Inversión Extranjera Directa, para luego quedar fuera en los últimos dos años. En 2003 llegó a estar en el tercer lugar, recordó Haneine Haua.
Para que el país vuelva al top 25 de países atractivos para la inversión extranjera directa es preciso ser estratégicos en las nuevas tecnologías para el sector de manufacturas integradas a las cadenas de valor de Norteamérica, así como abrir nuevos sectores, el uso y fomento de energías limpias y la investigación y desarrollo, en este último sector México destina menos de 1% del PIB.
Información retomada de, Expansión, El Financiero, El País
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