Laura Rosete 08/12/2021
El parlamento alemán eligió a Olaf Scholz como el noveno canciller del país desde la Segunda Guerra Mundial y marcó el comienzo de una nueva era en el país más poblado de la Unión Europea después del mandato de 16 años de Angela Merkel.
El gobierno de Scholz asumió el cargo con grandes esperanzas de modernizar Alemania y combatir el cambio climático, pero enfrentó el desafío inmediato de lidiar con la peor ola de infecciones por COVID-19 en la pandemia.
Scholz se ganó el apoyo de 395 legisladores. El presidente de la socialdemocracia fue nombrado oficialmente por el presidente alemán Frank-Walter Steinmeier.
Más tarde regresó al parlamento para prestar juramento ante el presidente. Dos meses y medio después de las elecciones alemanas, Scholz dijo "sí" al presidente del Parlamento, Bärbel Bas, cuando se le preguntó si aceptaba el resultado de la votación.
Scholz, junto con su gobierno y los diputados, prestó juramento leyendo el artículo 56 de la Ley Fundamental, en el que promete "dedicar sus fuerzas al bien del pueblo alemán".
Scholz tomará las riendas de un gobierno formado por primera vez en Alemania con el mismo número de hombres y mujeres.
La estrategia del nuevo ejecutivo pasa por la vacuna requerida, que podría administrarse a partir de febrero o marzo. Tras la elección de Scholz, el presidente de la Comisión Europea, Ursuya Von Der Leyen esperaba trabajar con él "por una Europa fuerte... mientras que Rusia esperaba mantener una relación constructiva" con el nuevo líder en tiempos de tensión entre Europa y Moscú.
El presidente chino, Xi Jinping, en Beijing indicó que su país estaba dispuesto a "fortalecer y profundizar la confianza política mutua, fortalecer los intercambios y la cooperación en varias áreas con Alemania". Scholz aún no se ha pronunciado sobre el "boicot diplomático" declarado por Estados Unidos contra los Juegos Olímpicos de Invierno de Beijing.
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