Anahí Zúñiga 14/12/21
Jeff Bezos y Richard Branson han logrado consumar el sueño de viajar al espacio “al menos a lo largo de unos minutos” y comenzaron una disputa que perteneció al turismo espacial.
Ya era disputa por estar solo accesible a multimillonarios, sin embargo, ahora entendemos algo más que no es claramente para descorchar champán: cada vuelo espacial emite tanto dióxido de carbono como mil millones de individuos a lo largo de toda su historia. La investigación espacial provoca que aquellas emisiones lleguen a indemnizar.
Hasta el momento una botella de champán tiene un módico costo de 75 toneladas de CO2. Estos datos aparecen en el Informe de Diferencia Mundial de 2022, un archivo que se concentra en enseñar distintas desigualdades en el planeta con datos contundentes y que dedica uno a dicha nueva correspondió a turismo espacial iniciada por Blue Origin y Virgin Galactic.
Por cierto, continúan definiendo, "un vuelo de 11 min emite no menos de 75 toneladas de carbono por pasajero. Como apuntan en Gizmodo, las naves utilizadas por Blue Origin utilizan combustible que no emite dióxido de carbono como tal, empero aquel combustible se crea con un proceso que sí crea monumentales emisiones.
La cosa es todavía más grave en la situación de esta nueva pertenencia al turismo espacial iniciada por Bezos y Branson, y ciertamente reabre un debate que no es nuevo: el de dicha diferencia y los gastos que aquellas vivencias turísticas poseen para lo demás de la raza humana.
Con Información de Xalaka
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